Francisca Oyhanarte: “El arte es mi salvación”
Más allá de lo visible, Francisca Oyhanarte crea piezas de arte visionario y psicodélico que buscan conectar lo tangible con lo espiritual.
Francisca Oyhanarte no solo crea arte, sino que habita en él. Su vida es un tándem de mundos visibles e invisibles que resultan en obras como reflejos de su búsqueda interior. Desde su infancia en Argentina, Francisca se dejó guiar por una intuición que la llevó a explorar dimensiones que trascienden la estética. Su propuesta artística está cargada de simbolismos e invita sin miedos a un viaje hacia lo intangible, hacia esa profunda conexión que existe entre el ser humano y el universo.
“Cada una de mis obras es una manifestación de vibraciones que buscan elevar la conciencia, utilizando cualidades de luz para transformar el espacio y a quienes lo contemplan. Mi arte no solo comunica a nivel estético, sino también energético, transmitiendo frecuencias que invitan a la expansión interior y al equilibrio entre lo visible y lo invisible”, cuenta la artista quien, junto a su marido, el músico Richie Hell -con quien además tiene un show audiovisual en el que él toca música mientras ella crea animaciones en vivo-, se mudaron de Argentina a Miami en 2015. “Para mí fue fácil adaptarme, desde el primer día me sentí en casa y el contacto constante con la naturaleza que propone la ciudad transformó mi vida de manera positiva”.
Francisca se identifica con el arte visionario y psicodélico que se enfoca en la exploración de dimensiones más profundas de la experiencia humana. “Este tipo de arte me permite representar lo invisible: los estados elevados de conciencia y la interconexión de todas las cosas”. En su obra, los colores juegan un papel clave: simbolizan las diferentes frecuencias de energía.
“Uso una paleta vibrante inspirada en los colores de los chakras para representar la conexión espiritual, la transformación personal y el ciclo entre la vida y la muerte. Busco transmitir un mensaje de trascendencia y transformación personal, integrando símbolos que evocan una conexión espiritual y una visión más expansiva del mundo”, resume Francisca quien cuenta, además, que su proceso creativo inicia con sanaciones pránicas y prácticas de meditación trascendental que la ayudan a canalizar ideas y energizar cada obra de acuerdo a su propósito.
Las obras de Francisca parten de una técnica de collage. Cada una de sus piezas empieza en tamaño pequeño y luego las escanea para adaptarlas a distintos formatos: ediciones limitadas de prints, murales pintados, animaciones, canchas de básquet, merchandising o tapas de discos.
Además, Francisca y Richie llevan adelante un show que conquistó la escena de Miami. “Cuando nos mudamos desde Buenos Aires, vimos cómo la corteza del árbol Gumbo Limbo se desprendía, tal como una serpiente muda su piel. Nosotros lo interpretamos como una señal, como la naturaleza apoyando el nuevo comienzo, y esto nos impulsó a empezar este proceso creativo en donde los sonidos de Richie se convirtieron en canciones, y mis visiones, en imágenes” recuerda.
The Gumbo Limbo Experiment es un álbum ecléctico que fusiona elementos musicales de todo el continuo espacio-temporal: ritmos afro y balcánicos, blues viajero, soul futurista, house de los ´90, sonidos de spaghetti western, samples y grabaciones de campo, cantos de sirena y mantras. “Con homenajes a las junglas, el cannabis, la fuerza interior y otras energías vitales creamos juntos este álbum que luego también se transformó en nuestro show audiovisual”, cuenta.
La relevancia que Francisca y su marido fueron cobrando en Miami, desde aquel 2015: el año pasado hicieron su performance en la fiesta de apertura en el teatro del hotel Faena junto al reconocido DJ inglés Fatboy Slim durante la semana de arte. A su vez, Francisca participó de Beach Towel Art Show, una experiencia en la que artistas locales exhibieron sus toallas de playa customizadas con arte.
Desde Miami, la artista sigue trazando su camino artístico, llevando su visión más allá de los límites tradicionales. En cada creación, en cada puesta, en cada nueva imagen, le regala al mundo una posibilidad más para espiar del otro lado de la consciencia.